Si hay algo que me hace temblar de espanto es el apreciar cómo aún hay gente que
considera a Allende como un verdadero héroe del pueblo y de la patria.
En términos de
números, no ha existido en la Historia de Chile un gobierno peor que el de
Allende. Nunca se vieron índices de inflación como las de aquel período. Nunca
la sociedad chilena ha estado más quebrada y dividida. Nunca un gobierno ha
sido declarado por la Contraloría como actuando fuera de la ley. Nunca un
gobierno había estado involucrado organizacionalmente en internar
clandestinamente armamento para llevar adelante una revolución criminal. Nunca
el pueblo chileno había pasado hambre y miserias y sus derechos básicos sido
atropellados como lo fue durante este nefasto período. Los seguidores
furibundos del villano e infame Allende, hasta el día de hoy, insisten en que
todos los problemas fueron originados ya sea por la clase alta o por el
gobierno norteamericano y ellos, pobrecitos, no pudieron conseguir sus objetivos
de justicia social y libertad tan sinceramente buscados.
El caos de ese “desgobierno”
origina, sin duda alguna, la reacción militar tal y como la conocemos. El
causante del descalabro social, económico y político fue Allende. La culpa es
de Allende. Podrán justificar hasta el infinito, pero la culpa la tuvo él. Y por si alguno de mis lectores, socialistas
al peo, comunistoides varios y otros sin clasificar, quiere rebatirme, antes
revise los Archivos Nacionales en donde las pruebas de que la mayoría de los
chilenos, incluyendo líderes como Zaldívar, Aylwin y Frei, para no
nombrar a ninguna de las “maravillas” de derecha, solicitaban, rogaban la
intervención militar, están disponible para todos.
¿Cuál es la
culpa? El tratar de forzar una sociedad hacia una ideología perversa. El
marxismo es perverso en todas sus expresiones y es de una perversidad tal que
todas sus consignas suenan bonitas pero son cantos de sirenas ¿Quieren revisar una?
Veamos a la manoseada igualdad.
En este país
debe haber igualdad. ¿Qué significa esto? Alguien con algún sentido de
responsabilidad dirá que la igualdad en una sociedad sana se refiere
exclusivamente a la igualdad de derechos. Todos los chilenos merecen una
educación de calidad, tienen derecho a una salud adecuada acorde los recursos
del estado, tienen derecho a que el Estado promueva el desarrollo económico,
igualdad ante la ley, etc. Ningún ser humano bien nacido podrá estar en contra
de esos principios, pero cuando la igualdad se entiende como que todos deben
ser iguales se produce una ruptura gigantesca con la realidad y esa ruptura es
solucionada por el marxismo de una forma cruel, ahondándola y manejándola a
través de la represión. Así es, el marxismo iguala, pero iguala la pobreza, la
falta de oportunidades, la desesperanza y quiebra la libertad y la iniciativa
individual. Sin duda el populismo habitual de esta doctrina, más una propaganda
constante asignándole la culpa de todo al agente externo (los momios, la
derecha, los ricos y, obviamente, Estados Unidos), genera una tropa de perguétanos
seguidores que, sin tener las competencias mínimas, ven una oportunidad de
acceder fácilmente a aquello que de otra manera les habría costado mucho esfuerzo.
Allende fue líder de esta perversa situación…
Hoy en día hay
monumentos y esculturas recordando la figura del mandatario suicida. Sin duda
las debe haber también de Calígula, Lenin, Marx, Stalin (aunque parece que algunas
las derribaron en la Rusia actual). Monumentos a la memoria del héroe de la
revolución fallida, héroe del fracaso, sembrador del odio que hasta hoy divide
a los chilenos, sembrador del facilismo entre nuestros pobres que hoy sólo
esperan furiosamente soluciones de parte del Estado, del odio a los empresarios
que dan trabajo, del odio a los que tienen más por su esfuerzo, suerte o
inteligencia, del odio a lo que no huela a repartija igualitaria, del odio a
los militares que hicieron sólo lo que tenían que hacer, del odio a la verdad
histórica, del odio a la autoridad, héroe de los impuestos, héroe de los
ingresos notables a los políticos de la vertiente propia, héroe de la
tergiversación de todo lo que no les parezca favorable, etc., etc., etc.
Es insólito pero
muchos jóvenes creen que la Historia comienza el 11 de septiembre del 73 y que
para atrás era todo un paraíso, que andábamos volando en pelota, moviendo
rápidamente nuestras alitas por el jardín del edén y que los desquiciados
militares destruyeron el paraíso.
Me sangran los
oídos escuchando cómo hay quienes se llenan el hocico con los Derechos Humanos,
pretendiendo que los Derechos Humanos fueron rotos sólo por los militares. ¿Cuándo
se hicieron dueños de la memoria este montón de bostas? ¿Por qué la memoria es
sólo para recordar abusos de los militares en contra de civiles inocentes y
bien intencionados? ¿Acaso nunca hubo armas, nunca hubo crímenes, nunca fueron
ciertas las preparaciones para la guerra civil y todos son inventos de los
malditos militares?
Allende es
héroe…. Hace poco se suicidó un general que simplemente no quiso irse preso (culpable
o no) y la izquierda saltó como resorte y lo acusó de cobarde… Allende tampoco
quiso irse… y se suicidó también… pero, claro, él tomó una decisión de hombre.
Así funcionan
estos comunistas de mierda, escriben una historia torcida.
Hoy hablamos de
los sindicatos y de su confederación, la CUT, que no representan a nadie y son
ellos sin embargo, los escuchados. La señora (señora por no decir…) que nos
gobierna, fiel heredera de la visión allendista, no sólo hace una pública
felación póstuma al tipo, en su reciente visita a El Salvador, si no que parece
cree en todo esto y más… y en sólo un año y medio de gobierno ha hecho
retroceder al país en décadas.
Ustedes si quieren
súmense a la cornetera, asunto de cada cual, para mí y mi familia, Allende no
será otra cosa que un pobre diablo, borracho y la más nefasta figura que ha
tenido este país que sufrir y la manga de seguidores la más terrible lacra que
este país tiene que soportar, con sus discursos añejos haciéndose eco de una
ideología fracasada en todo el mundo.
Lamento la
ingenuidad de mucha gente que cree en el discurso y desea que le solucionen
todos sus problemas y que sin pensar pagaron, pagan y pagarán la farra
gigantesca de la izquierda, eso sí, realizada en nombre de su remedo de héroe.