viernes, 5 de septiembre de 2014

¿Cómo estás? (ex la zorra y el pico)





Imposible comenzar sin antes hacer tres alcances. El primero, el más importante, es comentar que esta prosa se topó conmigo, o tal vez yo me topé con ella... como sea, sólo tiene unos ajustes personales; segundo, recomendar a los puristas y delicados abstenerse de leer lo siguiente para que después no me acusen de vulgar, de ofender el pudor, o algo parecido; y final, que creo que la maravilla del lenguaje es que está al servicio de las personas y no al revés. La gracia, entonces, está en saber cuándo, cómo, dónde y con quién usar tal o cual expresión. Y claro, no es fácil. Dicho aquello, luego de leer esta prosa, los invito a hacer una introspección a ver si alguien me puede decir que alguna vez en su vida no ha usado los siguientes términos. No deja de asombrar a algunas personas que con la riqueza que tiene nuestro idioma, Chile sea prácticamente el único país del mundo en que para expresar estados de ánimo, logros personales y otros se use, casi sin distinción de clases y culturas, alusiones coprolálicas y escatológicas de manera que algunos dirían abusiva.
Entremos en materia:
Como el pico: esta expresión, así como sus variaciones “como la corneta”, “como la callampa”, “como el loly” y varias otras, se utiliza para denotar algo malo. Negatividad pura: “me fue como el pico”. Pero la cosa no es tan simple. Si bien se ocupa esta expresión con el sentido ya descrito, cabe la posibilidad de que alguien la ocupe con el sentido contrario, para referirse algo bueno. ¿Qué pasaría, por ejemplo, si una “mujer de mala vida” (otro término confuso, por lo demás) dice que algo le salió “como el pico”? Lo menos que hace es llamar a engaño, considerando que dicho elemento es, en último término, el que le permite subsistir. Paradojal, por lo menos. Claro que también podríamos suponer que depende de la experiencia de cada cual por cuanto aquella señorita que mantiene frecuentes prácticas amatorias con un joven bien dotado por la naturaleza, no dudará en decir “me fue como el pico en la entrevista”, refiriéndose a que consiguió el trabajo, por ejemplo.
La zorra: la lógica puede suponer que esta expresión es el equivalente femenino de “como el pico”, y que se utilizaría también para describir cosas negativas. Pero no. “La zorra” es bueno. ¿Feminismo? Ni en broma, sino machismo. Haga un simple cálculo: el macho recio va caminando tranquilamente por la calle y de improvisto se encuentra con un pico. ¿Bueno o malo? ¡Como el pico, obvio! Pero, ¿y si va caminando y se encuentra con una zorra? ¡La zorra! Más claro echarle agua.

La raja: utilizado para referirse a algo bueno, “la raja” sinónimo absoluto de “la zorra” y de uso menos inapropiado – aparentemente - que esta última. Vaya a saber uno por qué su uso es mucho más común que el del vilipendiado animalito.

Como las huevas/hueas/weas: referido a algo malo. Aplica la misma lógica que con “como el pico”. Mal que mal, son bastante cercanos. Así también "como el hoyo" que sigue siendo de las cercanías.
Teta: harto menos extendido, también se utiliza para describir algo bueno. He escuchado la variación “teta de monja”, aunque desconozco exactamente a qué apunta. En todo caso, podría interpretarse como “reverenda teta”, símil femenino y por tanto opuesto en su significación positiva/negativa al “reverendo pico”, que denota algo muy malo. Tal vez sólo sirva para darle un aire de santidad a dicha expresión ya que me lo puedo imaginar con hábito y/o sotana.
La cagada/cagá: La cagada también es un término ambiguo como, por ejemplo, “¡quedó la cagá! Algo muy malo, por supuesto, pero también encontramos la expresión “la cagó pa’ rico” (término acuñado de preferencia por las féminas para referirse a un ejemplar de gran calidad, o a algún producto de novedosa creación culinaria, entre otros), contraria a “la cagó pa’ fresco de raja” (refiriéndose – por ejemplo - al mismo mino que ha sido descubierto en afanes propios de su condición con otra señorita generalmente mejor dotada que aquélla).
Y podríamos seguir todo el día. Por ejemplo: “me fue la raja” se usa para decir que me fue bien, pero “me fue como la raja” significa que me fue mal. Lo mismo con “la zorra” y “como la zorra”. Ahora, lo curioso es que “como el pico” y “como las huevas” no tienen sus contrapartes positivas, que tendrían que ser “el pico” y “las huevas”, respectivamente.

Complejidades del lenguaje coloquial… o de los usuarios.