Mucha gente opina que no tiene sexo tan frecuentemente como
quisiera pero, después de meditarlo detenidamente, puedo asegurar que no hay
nada más lejos de la realidad pues cada uno de nosotros tiene, a diario, más
sexo del que puede tolerar y sin necesariamente notarlo.
Tenemos sexo con los bancos que nos cobran mantención para
prestar nuestra propia plata, sin considerar que cuando depositas te paga un
interés simple pero cuanto te presta, te cobra interés compuesto. No vaya a ser
cosa que de verdad necesites dinero, o que estés pagando alguna manda en DICOM,
de seguro no conseguirás un peso extra; si tienes dinero en exceso (…) ahí sì
que te prestarán hasta más del doble de tu patrimonio.
Tenemos también sexo grupal: tú, tu municipalidad y el
estado, esto es el permiso de circulación que no te permite circular libremente
por todas partes. Trata de ingresar a una autopista sin el TAG, trata de
circular cuando te sacas el número
premiado de la restricción. Mientras más esfuerzo haces por tener un
auto más nuevo, más permiso pagas; mientras menos contamina, más permiso pagas.
Y no hagas tal de comprar un petrolero que en un rato más pagarás un permiso
más caro aún. Y qué decir de viajar al norte o al sur… pagarás más en peajes que
en bencina.
Otro momento de placer es el que vives cuando, por número,
vas a la revisión técnica, porque no tendrás permiso de circulación si antes no
obtienes un papelito que dice que tu auto está en condiciones (es algo parecido
al carnè que Sanidad le daba antaño a las putas) y que, más encima, tienes que
pagarlo tú.
Y también tenemos sexo duro: el famoso impuesto territorial.
Sin importar las condiciones económicas del propietario de una casa, si ésta
supera el rango de avalúo fiscal, deberás pagar un oneroso impuesto
territorial, llamado eufemísticamente Contribución. Cuánta gente ha perdido su
casa, trabajo de toda una vida, porque al tiempo de la vejez, tal como la
señora Juanita, su humilde jubilación no le alcanza para pagar este “aporte
contribuyente” . Orgasmo.
Y ya que hablamos de “placer”, veamos el impuesto al ídem…
tómate un copete o fúmate un cigarro que estarás quemando o bebiendo ¾ partes
de impuesto. Ojalá que lo disfrutes. Aprovecha de follar, por gusto, todo lo
que puedas que el impuesto al polvo se viene.
Para qué hablar de Isapres y AFP’s que sólo buscan lucro
propio porque la ley no les exige ser responsables solidarios de las
inversiones que hacen con tu plata. Si la AFP de tu predilección pierde plata,
adivina buen adivinador quién realmente es el que pierde. El último chiste que
me contó mi Isapre, Banmédica, fue ofrecerme un nuevo plan de salud, a mí, que
ya no estoy “en edad de merecer”, con parto… CON PARTO, serán weones…
Y qué decir de los supermercados cuando la cajera, con voz
de pito, te dice “dona los $80 a la fundación Afiladores Profesionales de
Chile?”. No vayas a decir que no porque la weona y todas las viejas de la fila
te mirarán con cara de odio pensando que eres una cuica de mierda que no le
importa el prójimo…
Y la orgía de las orgías, el sexo más terrible de todos,
porque no deja santo sin corona, el IVA (que debería ser IVAW, impuestos varios
a los weones, que lo pagamos todos pero especialmente los más pobres del país, en
todo lo que compran, el pancito, la bolsita de té, la cañita, la luz, el agua…
Amigos, la lista es interminable… anímense a completarla.
Viva el placer.