lunes, 4 de agosto de 2014

Sexo para todos...


Mucha gente opina que no tiene sexo tan frecuentemente como quisiera pero, después de meditarlo detenidamente, puedo asegurar que no hay nada más lejos de la realidad pues cada uno de nosotros tiene, a diario, más sexo del que puede tolerar y sin necesariamente notarlo.
Tenemos sexo con los bancos que nos cobran mantención para prestar nuestra propia plata, sin considerar que cuando depositas te paga un interés simple pero cuanto te presta, te cobra interés compuesto. No vaya a ser cosa que de verdad necesites dinero, o que estés pagando alguna manda en DICOM, de seguro no conseguirás un peso extra; si tienes dinero en exceso (…) ahí sì que te prestarán hasta más del doble de tu patrimonio.

Tenemos también sexo grupal: tú, tu municipalidad y el estado, esto es el permiso de circulación que no te permite circular libremente por todas partes. Trata de ingresar a una autopista sin el TAG, trata de circular cuando te sacas el número  premiado de la restricción. Mientras más esfuerzo haces por tener un auto más nuevo, más permiso pagas; mientras menos contamina, más permiso pagas. Y no hagas tal de comprar un petrolero que en un rato más pagarás un permiso más caro aún. Y qué decir de viajar al norte o al sur… pagarás más en peajes que en bencina.
Otro momento de placer es el que vives cuando, por número, vas a la revisión técnica, porque no tendrás permiso de circulación si antes no obtienes un papelito que dice que tu auto está en condiciones (es algo parecido al carnè que Sanidad le daba antaño a las putas) y que, más encima, tienes que pagarlo tú.

Y también tenemos sexo duro: el famoso impuesto territorial. Sin importar las condiciones económicas del propietario de una casa, si ésta supera el rango de avalúo fiscal, deberás pagar un oneroso impuesto territorial, llamado eufemísticamente Contribución. Cuánta gente ha perdido su casa, trabajo de toda una vida, porque al tiempo de la vejez, tal como la señora Juanita, su humilde jubilación no le alcanza para pagar este “aporte contribuyente” . Orgasmo.
Y ya que hablamos de “placer”, veamos el impuesto al ídem… tómate un copete o fúmate un cigarro que estarás quemando o bebiendo ¾ partes de impuesto. Ojalá que lo disfrutes. Aprovecha de follar, por gusto, todo lo que puedas que el impuesto al polvo se viene.

Para qué hablar de Isapres y AFP’s que sólo buscan lucro propio porque la ley no les exige ser responsables solidarios de las inversiones que hacen con tu plata. Si la AFP de tu predilección pierde plata, adivina buen adivinador quién realmente es el que pierde. El último chiste que me contó mi Isapre, Banmédica, fue ofrecerme un nuevo plan de salud, a mí, que ya no estoy “en edad de merecer”, con parto… CON PARTO, serán weones…
Y qué decir de los supermercados cuando la cajera, con voz de pito, te dice “dona los $80 a la fundación Afiladores Profesionales de Chile?”. No vayas a decir que no porque la weona y todas las viejas de la fila te mirarán con cara de odio pensando que eres una cuica de mierda que no le importa el prójimo…

Y la orgía de las orgías, el sexo más terrible de todos, porque no deja santo sin corona, el IVA (que debería ser IVAW, impuestos varios a los weones, que lo pagamos todos pero especialmente los más pobres del país, en todo lo que compran, el pancito, la bolsita de té, la cañita, la luz, el agua…
Amigos, la lista es interminable… anímense a completarla. Viva el placer.